No se cómo empezar...Quizá debería dejar a mi corazón hablar y dar de lado a la razón.
La primera vez que te vi, no pensé que serias tan importante para mi. quizá fue cosa del destino o quizá solo fuiste una nota más en la melodía de mi vida. Lo fuiste todo y nada a la vez, no hubo oportunidad, no hubo ocasión de hacer que todo esto cobrase sentido.
Lo intenté, pero me di cuenta que lo mejor era dejarlo en nada. No mas quebraderos de cabeza ni mas lagrimas, ni malas noches...Todo se quedó allí y lo que sucedió se lo llevó el viento en un viaje de ida sin billete de vuelta.
A pesar de todo, me he dado cuenta de que ni mereces, ni quiero darte mis lágrimas, pues son muy valiosas para mantener mis pupilas brillantes y mis ojos vivos como para desperdiciarlas por ti.
A partir de ahora, sólo voy a llorar de alegría, de emoción, de entusiasmo y de placer. Tu recuerdo no me volverá a entristecer nunca, pero eso no significa que lo deje en el olvido...
Todo ésto ha sucedido por un motivo y el motivo no siempre es el final, aunque mi final es tu olvido y tu olvido mi recuerdo. Mi recuerdo tu historia y mi nombre quedó a fuego en tu memoria. Y mi aliento en tu cuello y mi presencia en tus sueños. Mis últimos besos, clavados en tus labios y el resumen de todo lo vivido no es mas que una hoja en blanco...
Lo que has pedido te lo he dado, bueno no, tu quisiste puntos suspensivos y yo elegí un punto y final.
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