lunes, 3 de diciembre de 2012

Siempre la misma piedra...

¿Qué más puedo decir? ¿Qué más puedo hacer? Lo he intentado, pero no parece ser suficiente. Sabes perfectamente lo que pienso, pero yo no me aclaro contigo. Hay veces que creo ser especial, alguien querida, alguien necesaria. Otras simplemente me siento una más del montón que caen en las redes del típico Don Juan. Hay veces que cansa ¿sabes? Me cuesta mucho levantarme tras las caídas a pesar de que toda mi vida llevo cayéndome por culpa del mismo tipo de piedra. Una piedra que engancha, que se te mete dentro del alma y nunca quiere salir, una piedra mortífera que no hace más que consumirte hasta el último aliento. Hay veces que pienso que soy un imán para ese tipo de piedras; otras, pienso que soy yo la que las busca para poder así caer, sufrir del dolor y volver así a repetir la historia de mi vida.
¿Por una vez no puedo encontrarme con alguien que de verdad me quiera? Alguien que me sonría en mis peores momentos, alguien que se sacrifique por mí y perdone mis más tontos errores. Alguien que confíe, que me espere, que sueñe conmigo, que me anhele y que me entregue todo su amor cada vez que nos vemos. Sé que pido mucho o quizás no. ¿Quién sabe? A lo mejor es que no busco bien o simplemente me dedico a buscar al de siempre. Sea como sea, TE NECESITO, necesito de tu amor y tus caricias. Necesito que me digas TE QUIERO, que me consueles,...
Tómate esta entrada en el blog como lo que quieras. Solamente digo que ya empiezo a estar un poco harta de lo mismo y que puede que ya sea demasiado tarde.

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