martes, 11 de diciembre de 2012

Una vez soñé...

Una vez soñé que todo tenía sentido. Merecía la pena vivir y la esperanza nunca acababa. Soñé que el amor nunca moriría y que era fácil perdonar.
Yo era joven y despreocupada y los sueños los soñaba, usaba y desperdiciaba. La vida era tan fácil que no quedaba ninguna canción por cantar y sobraban los momentos en los que soñar.
Pero el momento llegó y tuve que madurar. El mundo se me echó encima y no había marcha atrás. Los sueños sólo eran sueños y la vida, una realidad.
Sigo soñando en que un día él vendrá a mí y que viviremos los años juntos. Pero hay sueños que simplemente no pueden ser, al igual que hay tormentas que no podemos predecir.
Un día soñé que mi vida sería totalmente distinta del infierno en el que ahora mismo me encuentro. La vida ha matado el sueño que un día soñé.

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