domingo, 18 de noviembre de 2012

¿Por qué seremos tan tontas? Nos pillamos por un chico, él da la sensación de que le importamos más bien poco y las que acaban sufriendo por su pasotismo somos nosotras. Pero eso no acaba ahí. Cuando una se decide a cortar por lo sano, él llega como por gracia divina y se acuerda de repente de tu existencia.
¿Sabéis cúal es el problema? Que nosotras somos de rallarnos mucho la cabeza. Que si me ignora, que si no me responde, que si ya no me habla, que si... Alomejor el problema somos nosotras que sacamos conclusiones de donde no las hay.
Aún así y a pesar de haber vivido una y otra vez lo mismo, las mujeres nunca cambiaremos. Seguiremos rallándonos la cabeza cada vez que deje de hablarnos o cada vez que lo que sea. Pero una cosa está clara, esa debilidad no puede salir de tí. Guárdala, súfrela en tu interior. Por fuera tienes que ser la cabrona más perfecta que se haya visto nunca. Hazte de rogar, se imprescindible en su vida, se parte de nuestro club de las perfectas cabronas ;)

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